Guía para reducir el desperdicio de alimentos
En el mundo se desperdician toneladas de alimentos a diario — aproximadamente el 33% de los alimentos terminan en desecho — desperdiciando también recursos naturales que se utilizaron para producirlos como el agua y suelos.
Sabemos que el desperdicio de alimentos es un problema aún más grande de lo que podemos ver, pero ser más conscientes y mejorar nuestros hábitos es contribuir al cambio, además de hacerlo visible y compartir buenas prácticas con nuestros círculos sociales más cercanos.
“Poner en primer plano temas importantes como el valor de los alimentos que cultivamos, cómo nosotros como seres humanos decidimos y hemos decidido utilizar los recursos que nos brinda la Tierra, cómo se distribuyen y qué podemos hacer con esos recursos de manera consciente y justa.” Rhea Gupte
Esto es una guía para tener a mano, compartir y aprender de hábitos que podemos poner en práctica para reducir el desperdicio de alimentos.
Evaluar nuestros hábitos
Una manera de empezar a ser más consciente con nuestros alimentos es evaluar lo que tenemos antes de comprar. Primero, repasar lo que ya tenemos para pensar en un menú semanal. Así, podemos hacer una lista de lo que realmente necesitamos.
The Buyerarchy Diagram aplica para todo —incluyendo en los alimentos — usar lo que ya tenemos, intercambiar con otras personas, hacer/plantar lo que necesitamos y después comprar.
Esta ilustración hecha por Sarah Lazarovic presenta una manera diferente de encontrar lo que necesitamos. Nos recuerda que usar lo que tenemos debe ser nuestra prioridad y que comprar sea nuestra última alternativa después de haber agotado las demás opciones.
2. Comprar conscientemente
Ser realistas con las porciones que vamos a consumir es un buen hábito para evitar desperdicios, una buena práctica a corto y largo plazo. Una manera es comprar a granel para pensar que necesitamos comprar y la cantidad adecuada.
Comprar a granel es apoyar a los pequeños productores y agricultores, asegurando comprar alimentos que no han sido transportados desde lejos para llegar a nosotros, reduciendo así las emisiones de CO2. También, reducimos envases y empaques innecesarios en alimentos que son frescos, de temporada y de mayor calidad.
3. No juzgar un libro por su portada
No se trata ser perfectos, al contrario, buscar lo imperfecto. Parte del desperdicio de los alimentos son las toneladas de frutas y verduras que terminan como desecho por su apariencia o “imperfecciones” como el tamaño, formas asimétricas, marcas en la cáscara, decoloración, deformaciones, etc.
¡Un tip! Agregar en nuestras recetas las frutas o verduras que no nos parezcan ‘atractivas’ en sopas, aderezos, jaleas, batidos y postres para evitar que terminen como desecho.
4. Consumir alimentos de temporada
Cada vez es más común ver en los supermercados, y a veces en fruterías locales, alimentos que no corresponden a la época. Preferir incluir frutas y verduras de temporada y local, es una manera de respetar los ciclos naturales.
Esto se traduce también en menos uso de energía, menos consumo de agua y menos emisiones de dióxido de carbono para producir alimentos que no corresponden a la época — priorizando la salud de los suelos y el comercio local.
En Costa Rica tenemos el privilegio de que hay una variedad de frutas y verduras disponibles en todo el año y de diferentes partes del país. Alimentémonos de manera más intencional, activamente escogiendo.
Aquí compartimos una guía de frutas y verduras de temporada:
5. Ser creativo
Re‑plantar desde casa las raíces o semillas de alimentos es una estrategia para aprovechar al máximo la capacidad de la regeneración.
El proceso de aprender puede no ser lineal pero se trata de poner en práctica la creatividad y valorar nuestras acciones día a día.
6. ¡Compostar!
¡Más compost, menos basura! Compostar es evitar convertir en más basura lo que podrían ser nutrientes para la tierra. Podemos hacer compost en espacios más grandes como nuestro jardín o en comunidad hasta en espacios más residuos.
Compostar es cerrar el ciclo, es crear una economía circular. No solo evita que los alimentos terminen en vertedores, sino que también mejora la calidad y vitalidad de los suelos de nuestros jardínes, parques, entre otros.
En resumen
En el mundo se desperdician toneladas de alimento al día. Sabemos que este es un problema aún más grande de lo que podemos ver, pero ser más conscientes y elegir buenas prácticas es hacer un cambio. Esto es una guía para compartir con nuestros círculos sociales y aprender hábitos que podemos poner en práctica para reducir el desperdicio de alimentos.
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