5 puntos claves de la neuroarquitectura en el diseño
Conversamos en este lunch hour con Mane Hoepker y Marcos Villegas de LOOP Design Studio sobre la neuroarquitectura y lo que esto implica para el ser humano, el entorno y el diseño. También, de cómo percibimos el espacio a nivel neuronal y pautas para tomar mejores decisiones en el diseño.
La neuroarquitectura y su rol en el diseño
La neuroarquitectura no es un estilo de arquitectura, es una herramienta y una necesidad a la hora de diseñar para influir de manera positiva en la vida de las personas, ya que afecta nuestra salud física, mental y emocional. Es un campo muy amplio ya que todas y todos vivimos realidades, variantes y culturas distintas, pero, hay puntos intermedios donde compaginamos ya que todos tenemos un organismo similar.
Nace de la experiencia del investigador virólogo Jonas Salk. Durante sus vacaciones en la Basílica de San Francisco de Asis en Italia, logra llegar a la respuesta de su investigación y llegó a la conclusión que el entorno y la arquitectura lo llevaron a nuevas ideas. Así contacta al arquitecto Louis Isadore Kahn para construir el Instituto Salk. Esto abrió camino para que empezaran investigaciones en instituciones como ANFA y ANAND sobre la neuroarquitectura.
En el proceso de estudiar la neuroarquitectura, se descubrió la neuroplasticidad, que es la posibilidad que tenemos los humanos de crear nuevas conexiones neuronales. Es como un músculo que podemos trabajar y dar forma, entre más nos expongamos a diferentes sensaciones en diferentes contextos, se crean más conexiones neuronales.
2. Casos de estudio y herramientas para el diseño: ¿cómo vivimos los seres humanos?
Las investigaciones y los casos de estudio nos ayudan a entender por medio de la neuroarquitectura cómo el diseño nos afecta y cómo podemos tomar mejores decisiones. Por ejemplo, los neurocientíficos han estado estudiando la manera en qué los seremos humanos vivimos y nos desarrollamos y se llegó a la hipótesis de que la escala de los edificios y tamaño de ciudades nos afecta. Exponen que no estamos preparados para vivir en altura y lo ideal para el ojo perceptivo y confort son edificios de 4 a 5 pisos. Cuando los edificios son mayores a eso, los estímulos neuronales nos ponen en modo alerta y supervivencia, llevando nuestro cuerpo a sentir estrés.
A pesar de que el ser humano se acopla a todo, las casas ataúd en Hong Kong nos sirven como caso de estudio para mostrar cómo los espacios reducidos y con poca iluminación provocan estímulos negativos que afectan para tomar decisiones y exponer la creatividad.
En hospitales, se ha hecho estudios donde las personas con ventanas con vista a espacios verdes tienen una mejor y más rápida recuperación. Esto porque en nuestro ADN tenemos un arraigo con la naturaleza, la percibimos de manera confortable. La naturaleza es el catálogo más grande que existe en cuanto a texturas, colores, olores, sonidos, entre otros, que podemos simular en el diseño.
3. Basarnos más en la vivencia y no tanto en la intuición
Como diseñadores, lo más importante es desligarnos de diseñar de manera intuitiva y utilizar la neuroarquitectura para diseñar con evidencia. Utilizar estas herramientas para diseñar espacios saludables y positivos para las personas, dependiendo de la cultura y el contexto. Esto desde la neuroarquitectura, pero también están los factores como la biofilia y el bioclimatismo.
Si el entorno influye tanto en cómo nos comportamos, cómo somos y qué vamos a hacer, estamos modificando cómo una persona va a reaccionar desde sus sentimientos, su sistema nervioso y sus sentidos. Tenemos la responsabilidad de afectar de manera positiva o negativa.
4. Busquemos beneficios neuronales a partir de las decisiones que tomamos
Manipular los entornos en los que nos desenvolvemos en el día a día e influir de manera favorable la manera en que las personas se mueven por el mundo, eso es neuroarquitectura.
El Panóptico de Bentham versus Fuji Kindergarden
Las cárceles actualmente son lo contrario de un espacio que fomente rehabilitar una persona. El panóptico de Bentham es un modelo de cárcel construida de manera circular para facilitarle a los guardas supervisar todas las celdas de la circunferencia con una torre de control en el centro. Rápidamente las personas cambiaron su comportamiento, pero aumentó la sensación de estar siendo juzgados todo el tiempo, haciendo la re integración a la sociedad más díficil.
El arquitecto Takahura Tezuka estudia la tipología de las cárceles y trata de revertirlo con la escuela Fuji Kindergarden. Al estar limitado por el espacio, el arquitecto conceptualiza una escuela en la que: el techo es circular para que los niños y niñas jueguen en la azotea, la estructura interna de la escuela no hay paredes, estructurado con formas redondas y curvas para niños y niñas, fomenta el juego, la estructura conecta con la naturaleza hacia dentro y hacia afuera. Con este estudio se demostró que los niños se logran enfocar por su propia cuenta y cancelaban el sonido de lo que sucedía alrededor. Esto nos enseña a quitar el control desde el diseño.
5. Neuroarquitectura en la ciudad
¿Cómo fomentar neuroconexiones desde el desarrollo de la ciudad? En un estudio, revela que en la cultura oriental viven las ciudades de manera en que protegen los ‘vacíos,’ no lo construido - estos vacíos son respiros y pulmones para espacios públicos como parques, ciclovías, ríos. Mientras que, la cultura occidental, vivimos las ciudades con un enfoque en proteger edificios como patrimonio.
El diseño, aparte de la estética, debería tener valor científico que respalden nuestras decisiones.
El diseño participativo, especialmente en las ciudades, podría ser parte de la neuroarquitectura ya que expone a las personas a diferentes escenarios para mejor entender cómo perciben los espacios e involucrar al usuario dentro de las decisiones que se toman. Con el fin de hacer las ciudades un espacio inclusivo y seguro para todo tipo de personas, géneros y edades.
En resumen
Si las ciudades y la arquitectura influye tanto en cómo nos comportamos, cómo somos y qué vamos a hacer, tenemos la responsabilidad de desligarnos de diseñar de manera intuitiva y diseñar más con evidencia. La neuroarquitectura es una disciplina emergente que estudia cómo el diseño nos afecta y cómo podemos tomar mejores decisiones.